Descripción
Estas mandarinas se caracterizan por tener una piel fina y fácil de pelar, una pulpa tierna y sin semillas, y un aroma intenso y agradable.
El Valle de Lecrín es una zona de gran tradición agrícola, donde se cultivan diferentes variedades de cítricos, como la clementina, la naranja navel, la naranja sanguina y la mandarina. El clima mediterráneo, el suelo fértil y el agua de riego procedente de Sierra Nevada favorecen el desarrollo de estas frutas, que se cosechan entre los meses de noviembre y marzo.
Las mandarinas del Valle de Lecrín son muy demandadas y reconocidas en el mercado por su alta calidad.
Esta variedad tiene la ventaja de ser muy fácil de pelar, su cáscara no está pegada al fruto cómo en otras variedades y posee un alto contenido en Vitamina C.